¡Escucha mi llamado glucolítico!. ¡Oh Poderosa de las Glucosas Interminables!
Abre mi cerebro cuál helicasa a la hebra de ADN y pon una barrera semi-permeable para que no huyan mis pocos conocimientos, pequeños corpúsculos de bajo contenido energético. Ten piedad de mí y mi citosol y no dejes escapar la glucosa fosforilándola a glucosa-6-fosfato.
Evita que un inhibidor se una a mí, o que al menos sea no competitivo así no modifica mi km al momento de rendir. ¡Ven en mi auxilio cuando no recuerde el nombre de una enzima!.
Más que nunca te imploro, oh deidad infinita de la Succinil-CoA, no cierres mi ciclo de Krebs ni inhibas mi complejo IV cuál Cianuro de Potasio.
¡POR FAVOR OYE MI PLEGARIA NUCLEÓTICA!. Y de paso tírame un machete largo como cadena carbonada, pues no me acordaré ni medio para el sábado. Y uno para Lu...en tí confiamos y te alabamos.
Amén.
27 de abril de 2006
Oración III
¡Oh Santa Química Biológica!
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