19 de noviembre de 2011

Engaña pichanga

Situación: pizzería de pequeño tamaño (pero gran sabor, y por eso nos hicimos adictos).
Entramos a ver si había alguna mesa copada, y por supuesto todas las copadas estaban ocupadas ya (los boxes que están contra la pared, que tienen silloncitos, por ejemplo).

Novio mira hacia el fondo señalando una imagen y exclama: "Allá hay más lugar!"
Z: "Ese es el espejo......."

PLOP!


11 de noviembre de 2011

Caprichito mañanero

Era una mañana como cualquier otra a bordo del colectivo que me llevaría a la facultad. Bueno.. no era como cualquier otra, yo iba SENTADA. Algo que no sucede nunca bajo ningún punto de vista. Imaginarán mi felicidad al poder ir leyendo tranquilamente mi lib... bueno, me fui por las ramas.
Volvamos.
Una mañana *casi* como cualquier otra, en el colectivo.


De pronto, cuando ya eran casi las 9 menos cuarto y estábamos a escasas 15 cuadras de donde me tendría que bajar (y entro a las 9, nunca llego a esa hora), se sube un buen muchacho por la puerta del medio. El chofer, muy simpático (Sarcasmo) le pide amablemente (Sarcasmo) que se baje, a lo que el adorable (Sarcasmo) muchacho responde "No, no me bajo, cobrame el boleto que yo también quiero llegar a mi trabajo".


La escena de arriba se repite así tal cual durante unos 10 minutos (o 15, pero era MUCHO), entre los cuales el colectivo decide tiernamente (Sarcasmo) estacionar su vehículo móvil, encaprichado como estaba, mientras repetía que si el flaco no se bajaba, no seguía. A esto sumemoslé las puteadas de los pobres 45 infelices a bordo del colectivo, los cuales TODOS llegaríamos tarde a destino (ese día no iba a ser la excepción para mi).
En algún punto del bardo, mezcla con la historia épica que quería seguir leyendo y no podía (trate usted de leer algo en inglés muy copado mientras tiene a unos cuantos gritando arriba del colectivo en puteadas de colores), yo ya soñaba despierta con que ambas personas padecieran combustión espontánea, a falta de que al menos yo no llevo encendedor.


Finalmente no hubo fuego para nadie, y tuvo que subir un policía a decirle por favor al chofer que se dejara de romper las pelotas y arrancara.
Y llegué a la facultad a las 9 y media.
¡Una hermosa mañanita!

4 de noviembre de 2011

OFF

Para todo estudiante (y si es laburador, PEOR, y me sumo a eso), debería haber obligatoriamente un botón de apagado de cerebro en algún lado, cosa de tener unos momentos de estar mirando a la nada, babeando, y descansar de tanta carga mental, especialmente en este horrible mes del año llamado Noviembre, que no sé a ustedes pero a mi me está dejando el bocho como una pasita de uva triste y famélica.
De pronto miro el calendario que tengo acá en el escritorio donde me anoto las entregas, los parciales, las maquetas, los powerpoints que hay que presentar, y sufro como condenada. Por otro lado miro los libros de George R. R. Martin (escritor de Juego de Tronos), y noto que no pude terminar todavía el segundo por causas ajenas a mi deseo, y sufro más, y siento un terrible dolor.

Y quiero que sepan algo.
Cursar doble turno, mañana y noche, cuando en el medio de ese mismo día hay que trabajar (cual si fuera un sanguche y el trabajo fuese el queso), está MUY MAL y es una pésima idea que no voy a repetir nunca más en la vida.

"Hola, cerebro, en donde estás?" (Homero J. Simpson)