3 de junio de 2011

Anti

Intentaba despertarme para ir a una clase del gimnasio temprano, pero mis mucosas tapadas se opusieron rotundamente [con mucha notoriedad], por lo que aproveché para dormir un rato más.
Así y todo, la responsabilidad académica empezó a tejer planes en mi cabeza: "Me levanto, me preparo el mate, paso en limpio las clases de material vegetal a las que falté, armo el resumen de historia, adelanto algo de diseño, bla bla".

En el instante en que decido poner fin a mi fiaca de viernes, escucho desde la cama que suena el timbre. Una voz lamentablemente conocida... y alguien que está por ir a abrirle la puerta.
En mi cabeza suena una alarma: ¡Peligro! ¡Peligro! ¡Integrante indeseable de la familia a la vista!
El indeseable entra a mi casa, y escucho sus pasos que se dirigen por el pasillo hacia el comedor.

La ortivez antifamiliar empuja y saca de mi cabeza a la responsabilidad académica [fue una batalla muuuuy corta], y empezó a tejer otra cosa: "Para salir e ir al baño tengo que pasar por ese pasillo y por el comedor, no puedo tomarme la pastilla y salir directamente cambiada a la calle a hacer unas compras porque no tengo agua a mano, el dispenser de agua está en el comedor. Todo me obliga a pasar por el comedor y saludar...".

Me doy media vuelta y sigo durmiendo.
El placer de la cama calentita y de evitar ver gente asquerosa fue más fuerte que el hecho de que este mes tengo todos los parciales y todas las entregas habidas y por haber.
Todo sea por seguir disfrutando de mi ortivez, que me protege de esas personas que sólo destilan inmundicia a su paso.

Irresponsable pero cuidada (?)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Uy te re entiendo. La de hacerse la dormida para no saludar la hice montón de veces(y no pienso dejar de hacerla (?), y eso que mi casa parece más chica que la tuya y por ende está toda más a la vista ;)

Cons Oroza dijo...

Yo hago lo mismo, pero con la computadora -_-