19 de octubre de 2010

Mister goma

Tengo un profesor en particular, que da la clase más aburrida del universo. Mejor dicho, las clases más aburridas. Cualquier cosa que de es aburrida. De acuerdo, el tipo es un embole.
Lo tuve el año pasado en, probablemente, una de mis asignaturas preferidas de estudio (materiales de construcción), y el tipo es taaaan aburrido que la terminé odiando. Este año, lo tengo desde esta semana hasta fin de año, solamente 1 hora los lunes
¿Solamente? No... no podría decirlo así. La hora se me hizo interminable, el reloj parecía que se me reía en la cara cada vez que lo miraba y notaba que había avanzado sólo un minuto desde la última vez que lo había mirado. El pizarrón parecía un borrador de garabatos inentendibles, creo que ni él debe entenderse a sí mismo cuando explica, va, viene, vuelve, pasa a otro tema, vuelve al primero. Un embole marca cañón.
Por supuesto cuando tenemos la suerte de tener esta clase de materias, la mayoría de nosotros entramos en lo que yo, tiernamente, llamaré "el esquema de los 6 pasos anti-tiempo".
Pasemos a la gráfica y luego a la teoría (!!) (click para agrandar la foto)

1. El comienzo no se hace esperar. Uno hace el esfuerzo de no aburrirse o empezar a bostezar, pero es tan poco probable como intentar ver televisión abierta sin encontrarse a Fort en algún canal.
2. La impaciencia nos lleva a hacer cosas como garabatear una hoja, hacer ruidito, disimuladamente ponerse a borrar los mensajes viejos del celular, mirar el techo, mirarse las uñas y notar cuan descuidadas están, o a tener pensamientos como "qué fiaca que tengo de llegar a casa y tener que cocinar" o "tengo que empezar a bajar la nueva temporada de The Big Band Theory", etc.
3. La posición ya empieza a sumar puntos en nuestra impaciencia, y nos empezamos a apoyar con los codos en la mesa de tal forma que cada vez estiramos más y más los brazos, hasta que llegamos a un punto que parece que estuviéramos aplastados sobre el banco.
4. Punto crítico: la desesperación de ver que el reloj de mierda no avanza nada, y el tipo no deja de tirar incoherencias al aire, y de hacer anotaciones ilegibles.
5. Enojo: te pudrís de la situación y sentís que se te derriten el cerebro, los ojos, y las ganas de vivir.
6. No te queda otra: anotás la hora de tu muerte. Coincide con el momento el que el reloj hijo de mil marcó solamente 5 minutos más desde que empezó la clase.

Y así, los lunes, de acá a diciembre, mis ganas de vivir en los días hábiles se van a ir por el retrete.

9 comentarios:

Mr. Popo dijo...

Para esas ocasiones es imprescindible contar con un compañero en la misma situación. Recuerdo los gloriosos dialogos que entablabamos a traves del papel, mientras algun profesor vomitaba su discursito acerca de la gestion de la calidad, las normas ISO y la concha de la lora. Perdon, me excedí.

Anónimo dijo...

Yo tengo una profesora así. Lo mejor es que ella habla, habla, habla y nadie le da bola(léase nadie).
Vos te quejás de una hora, y yo que me la tengo que fumar 2 HORAS seguidas todos los santos lunes?. Es para morir xD.

Melisa Fuentes dijo...

ajaja lo de las uñas me pasa todos los días. Algo útil sería llevar la limita, pero no da ¬¬

Zoqueta dijo...

Yo a veces la tengo, pero me da la sensación que sería demasiado irrespetuoso ponerse a limarse las uñas en clase. Igual, ese dibujo lo hice en clase... no debería decir lo anterior entonces =P

Leonora dijo...

Hey! estudiante de arquitectura? :-D

Zoqueta dijo...

No Silvi, de paisajismo ;) (en otros países sería arquitectura de paisaje, pero acá nos conformamos con menos, snif)

SomaCruz dijo...

lolz no pensaba que este blog seguiria vivo, es bueno ver los dibujitos again, desde la primera vez que vi la tira de cul* a la enésima potencia "Adán adan por el cul* le dan" jajaja

Zoqueta dijo...

JAJAJAJAJAJA ahh de esa vez que me quemaron el cerebro con la peli "secreto en la montania" faaa... si, todavia lo mantengo, es mi rincon feliz jejeje. Gracias por volver a pasar! =)

Leonora dijo...

qué lindo, me encanta el paisajismo!