3 de agosto de 2008

Au revoir descanso

Se me terminan las vacaciones de invierno, literalmente en 8 horas.
Fueron tres semanas, a lo que al lector le parecerá "uuuhhh es un montón boloaah" pero que a vuestra humilde servidora se le pasaron volando cual Batman tirándose de edificio.
Como siempre, las vacaciones traen ese "qué cosas quiero hacer que en el cuatrimestre no pude"...y como siempre, las que se terminan cumpliendo son las menos.

Cosas que una dice que va a hacer cuando tiene libertad adelante, y que nunca cumple:
  • Leer y leer y leer ----> No terminé el segundo libro que empecé a leer en estas tres semanas.
  • Viajar a algún lado, visitar a algún amiguillo que viva lejos ----> Nada.
  • Salir a sacar fotos ----> Nada.
  • Salir a muchos lados, o conocer algún lado nuevo ----> Sí, claro: Casi nada.
  • Empezar algo deportivo ----> Ah esto sí, punto para mi.
  • Ir al médico a hacerte todos esos chequeos que no te hacés hace bocha ----> Sí sí como no.
  • Ir a hacer el curso para sacar el registro ----> No.
  • Ir a ver la bendita exposición de Rodin en el Museo de Arte Decorativo ----> Sigan esperando.
¿Qué fue de mis vacaciones entonces?.
Televisión tirada en sillones de distintas casas, salidas esporádicas para sentir un poco el aire, sacarme las ganas de enviciarme con mi droga que tenía abandonada, y convertirme en un hongo mohoso alpedil. Ah, no nos olvidemos de los hermosos hijos de re mil puta trabajos prácticos que tuve que hacer, y me comieron unas cuantas tardes.
En fin.
De vuelta al maldito edificio universitario.




Grrr.

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