10 de septiembre de 2012

Como la vida misma

Todos tenemos gustos que nos definen. Algunos tan profundos, que es difícil explicarle al resto de los mortales el nivel de unión que uno siente a ciertas cosas que, en definitiva, lo hacen feliz.
En mi caso, sin duda alguna, son los animales. Y sin ánimos de sentarme a explayar lo que estas criaturas, cualquiera de ellas, me hace sentir; lo que quería decir es que me tocó hoy ver una de las películas que, sin duda, pasó a mi top 10 de favoritas en un vuelo sin escalas.
"All the little animals" ("Todos los pequeños animales"), de 1998, donde te encontrás con pedazos de actores como Christian Bale o John Hurt, trata justo este tema de los animales en una forma en que simplemente me descolocó. Sentí una conexión inexplicable con los dos personajes (interpretados por los actores que nombré anteriormente), que hasta sentí esa cosa de que algo dentro mío cambió para siempre.
Por ahí es una patraña todo esto que estoy escribiendo. Por ahí no. Y no soy de escribir sobre películas ya en este blog (porque para eso está este otro), pero sinceramente esta película fue una revelación para mi. Una maravilla.
Mi pedacito de felicidad recientemente adquirido.
¡Que viva el cine que tiene ese poder sobre nosotros, los que somos cinéfilos!

2 comentarios:

Zeithgeist dijo...

yo tengo una adoracion jodida con los asesinos seriale,s y creeme te entiendo.. me paso lo mismo cuando vi natural born killers.
snif

xD

Zoqueta dijo...

Uh no la vi esa, jajajj, la voy a tener en cuenta.
Me imagino que te gusta Dexter entonces!