Quienes me conocen (y para los que no, lo comento) soy bastante "crota" en cuanto a las tertulias. Me encanta que vengan a mi casa y todo eso, pero no esperen que ordene 100%, o que ponga una mesa divina con velas y flores, ni nada. es más, agradezcan que les cocino, que es lo único que realmente me gusta hacer para los demás.
Pero hoy, encontré tantas porquerías caretas en mi casa, que por una vez, quise serlo yo también. La Mirtha Legrand de la merienda.
Cositos para la mermelada y el quesito con forma de hojita. Porta sobrecitos de azúcar, de esos de bar. Untadores que juntos forman una manzanita divina. Un mantel hermoso. Tacitas que hacían juego con sus platitos, y con platos más grandes donde acomodé las delicias. Servilletas bien dobladas, una debajo de cada platito.
Un lujo.
Entre las delicias, había un budín marmolado ya todo cortado y acomodado en forma de caracol en uno de los platitos anteriormente nombrados, y unos alfajorcitos de chocolate que se comían solos (aparte de tostadas de pan negro, como para que el asunto no destilara tanta gordez).
Acomodo todo esto en la mesita ratona del living, alrededor de los sillones. Imaginensé: espectacular.
Me voy a la cocina a calentar agua y leche.
Vuelvo al living. Platos vacíos... sospechoso.
Deduzco que alguien me hizo una broma (en mi casa estaban mi vieja y mi tía, casualmente burlándose de mi hermosamente montada mesa de merienda). Voy y les digo que me devuelvan los alimentos.
Nada.
Nadie fue.
Insisto con mi mirada inquisidora intentando que alguna se ría.
Nada.
Entonces me queda un solo culpable.
La huelo. Olor a budín, y ese rostro de felicidad que se experimenta cuando uno se acaba de morfar muchas cosas dulces. Ese rostro de felicidad de gordo.
La hija de puta de Atena (mi perra, para quien aún no sepa) se había morfado todo el budín marmolado, y los 6 alfajores de chocolate. SEIS.
No le saqué una foto a su cara de éxtasis porque tuve que ir corriendo al supermercado a comprar todo de nuevo.
Al menos tuvo la decencia de dejarme los platos secos y algunas miguitas, como pa compartir.
Que la tiró.
13 comentarios:
Estamos invitados a tomar el té
la tetera es de porcelana
yo no se por qué...
Tu perra es el brazo ejecutor del mismísimo Murphy.
Jajajaja, supongo que al verle la cara se te fueron las ganas de meterle un buen voleo en el orto...
En un principio no, le pegué una manaza en el hocico... pero después, si, me da pena. Pero el beso se lo di bien al rato, que escarmiente (!)
Se siente bien el pichicho post comilona?
xD
Ella pensó que la habías incluído. Vos también, fea la actitud de no mandarle invitación :P
Por lo menos Atenas se manducó todo... mi gato Bachín olfatea todo, TODO, pero no come nada... Me hace sentir peor!!
Ah! ¿Para cuándo es la próxima tertulia? Vendiste muy bien los alfajorcitos, je
Pobre Atena che. Se parece a mí y a mis hermanos :B
En cuanto a la crotez, no tenés idea del caos que es la Casita de la Locura, y la gente sigue viniendo. Así que ya no te preocupes por eso :D
Mi regordete pastor ingles nos hizo lo mismo en navidad, tiene tanta suerte de que mi viejo ese dia no estuvo en casa, que sino la hubiera echado :(
Jajaja, que hija de puta :'D Yo la mato. Nah, not really.
uhhh no le hizo como el culo?
Los perros no suelen tolerar muy bien lso dulces, OJO CON LOS GASES!!
JUSTO hoy me di cuenta, que claro, mal no le hizo, pero los gases!!!!!!!
Me peinan!!!
Me parece que por las dudas dejo un par de días unos sahumerios prendidos, jajajaja.
La mía es igual de hija de puta. Y mi gata, que se sube a la mesa con disimulo y se roba la última feta de jamón crudo cuando la cena son "sanguchitos"
Perro + hidratos de carbono = sinfonía pedorreica en todos los tonos posibles.
Qué turra, conchisumá!! Yo le arreo un zapatazo que no se olvida ni en dos meses!!
Tendrías que haberla hecho a la parrilla y servirla con el té.
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