28 de julio de 2010

Leidis en Yentlman (II)

¡Hola a todos! Acá estoy yo de nuevo, Vendetta "el perro copado", luego de haber pasado una hermosa semana visitando las tierras del norte argentino.
No había ido nunca al norte todavía, ya que nací en tierras patagónicas, por lo que fue una experiencia más que gratificante para mí.

¡Recuerden que con un click en cada foto se ven más grandes!

Al llegar a nuestro primer objetivo, la ciudad de Salta, nos encontramos con que nevaba terriblemente, por lo que mamá para protegerme del frío [ya estuve un poco resfriadito antes de salir] me dejó en la comodidad del hotel, mientras ella se congelaba y divertía con guerras de nieve.
El segundo lugar que conocimos fue la provincia de Jujuy, donde debo decir que me enamoré perdidamente de sus paisajes y sus raíces. Es, sin dudas, una de las provincias más bonitas que he tenido el placer de conocer hasta ahora.

Acá estoy en Tilcara, de fondo se pueden ver algunos colores del famoso Cerro de los Siete Colores.

En Tilcara, subiendo al Pukara ¡El cardón me pinchaba las bolitas!

En Purmamarca, en una de las típicas paredes de la región, hechas de adobe. Me gusta el adobe ¡es calentito en invierno!

Después de Jujuy pasamos por Tafí del Valle, lástima que para cuando llegamos ya era de noche y no se veía mucho, pero sin dudas es una ciudad tucumana muy bonita. Y ya al otro día, nos tocaba nuestro último día en Tucumán, no sin antes pasar por las bodegas de Cafayate, donde mamá me prohibió bajar porque soy menor de edad y la ebriedad es mala para los niños :(
Y no todo fue mirar paisajes y comprar artesanías a granel.
En el norte conocí el amor.
Sí, así es, me enamoré de una llama llamada "Verano" [no le gustaba el frío]. Nuestro amor fue efímero como el pétalo de una rosa, pero ardiente como el fuego que calienta un hogar en invierno.

Verano y yo, amándonos en el micro, camino a alguna excursión.

Y además de las personas divertidas que conocimos en camino [y otras no tan divertidas], debo agradecer a la maravillosa coordinadora que tuvimos, Carolina, que hizo todo lo posible por tenernos contentos a todos. Igual no me importa el resto, importo yo ¡y a mí me trataba siempre muy bien!

Acá Carolina mimándome mientras explicaba algo de la historia del lugar.

Sin dudas un viaje inolvidable, y debo resaltar que la Quebrada de Humahuaca es, sin lugar a dudas, uno de los lugares más hermosos que vi en mi vida.
¡Espero volver pronto! Sobre todo a Jujuy, me quedaron muchas cosas por conocer.
Saludos ¡y hasta la próxima viaje-foteada!

4 comentarios:

Unknown dijo...

Que lindos lugares, le norte tiene un misticismo único.

Mr. Popo dijo...

Muy buenas fotos. Me alegro que la hayan pasado bien.

Todo un poeta vendetta, eh?

In-mutable dijo...

;)

El Gaucho Santillán dijo...

Hermoso lugar.

Conozco y es imperdible.

(Che pusiste al rope sobre un cactus!! insensible!)

Saludos