12 de julio de 2010

Cosas inusitadas

...te pueden ocurrir en el colectivo, como aquella vez que presencié una situación; donde una señora entrada en años [fácil 60 portaba, pero fácil en serio eh, no era de esas que aparentan ser más viejas porque están arruinadas], le dirigía una mirada de odio a un muchacho mientras escupía un "me podés dejar el asiento que estoy embarazada?".
Sí, claro señora, el espíritu santo le llegó por las noches, ¿verdad?.
Me parece que en esa prominencia abdominal moraban criaturas por nacer, sí, pero de abusos de hidratos de carbono, caradura.

9 comentarios:

dijo...

¡Qué viva la vieja!
Aunque si yo fuese mujer seguro que sacaría panza, daría lástima y llegaría a todos lados más rápido y cómodo...

... mentira, me quedaría en casa tocandome las tetas frente al espejo.
Lo sé. No me miren. Doy asco.

Zoqueta dijo...

Ay P que inmundo, por favor










.......se me notan mucho mas marcas de los dedos, doctor?

Rancilyo dijo...

jajajaja que descaro. Si hubiera sido sincera y hubiera pedido el asiento porque esta vieja, capaz hasta se lo daban.

Mr. Popo dijo...

Una campeona. Le faltó fingir una ceguera y estaba completita.

Zoqueta dijo...

Ah me olvidé de nombrar eso. Una vez vi como alguien se bajaba del colectivo tras haber pedido dinero para compensar su ceguera, se sacaba los anteojos de sol, guardaba el bastón, y caminaba bajo el sol sonriente con su bolsillo lleno.
100% mugre.

Onirica dijo...

increible!. y el muchacho que hizo?

Zoqueta dijo...

Le dejó el asiento -_-

dijo...

Zoque, ¿qué hacemos? ¿Nos ponemos a favor o en contra del matrimonio gay para molestar a la gente?

What Would a Troll Do?

Nico dijo...

Jajajaja, yo soy de los que piensan que hay que cuidar y respetar a nuestros viejitos. Soy de los que les cede el asiento sin que lo pidan, etc. etc. (no estoy haciendo autobombo)

Pero, a veces rompe un poco las pelotas lo poco educados que son nuestros ancianos (no todos). Las viejas creen que tienen derecho de empujarte de en frente de un asiento que se acaba de desocupar, para zambullirse ellas como ballenas recién salidas de un acuario. Casi nunca un gracias. Y menos que menos esperar a que uno les ofrezca el asiento.

Abrazo grande.