Tardes medievales

Finalmente fuimos a la Feria Medieval Oesternesse el sábado pasado, en Hurlingham, provincia de Buenos Aires.

Ha sido una tarde sumamente entretenida, con una sola queja acerca del lugar. La última vez que fui a una feria de estas, que se hizo en Bellavista en noviembre del año pasado [aquí el viejo post], el lugar era puro verde y pastito. Una combinación genial para una tarde de arquería, de combates, y de esas cosas que merecen un entorno más natural. Si bien la de este año fue mucho más grande, con más puestos y más cosas, se hizo en una escuela, por lo que faltó ese condimento verde al asunto.

No quita que haya sido una tarde realmente interesante.

Con esas perlitas de las ferias éstas que las hacen geniales: el pequeño niño vestido de druida a lo "Gandalf el Blanco" correteando por el patio, el caballero medieval ataviado con su cota de malla tomando mate, otro caballero vestido como el anterior con su niño en brazos: uno tomando alguna bebida espirituosa de su cuerno vikingo, mientras el niño tomaba su mamadera [una imagen que hubiera hecho una buena foto, si no fuera que estaban medio ocultos], guerreras y doncellas paseándose por los patios. Combates medievales, combates romanos. Bandas de música. Y obviamente, góticos y seres de dudosa procedencia que no podían faltar, desde ya.

Las artesanías estaban muy buenas, desde joyas imitando las del señor de los anillos hasta joyas celtas, puestos de ventas de armas, de armaduras, comidas muy ricas, cervezas e hidromiel artesanales. Una típica tarde en la antigüedad.

Les dejo un videito que filmé del Grupo de combate ARME, con comentarios de lineage de fondo incluidos [mis amigos y yo somos un poquito nerds].

Listo. Volvemos a la realidad de la era moderna. Suerte que hay de esas cosas para volver el tiempo atrás, aunque sea de a ratos :).