Es un hecho. Si alguien viene a decirte algo y no escuchás, mientras le preguntás el "¿Quééééé?" vas a arrugar la cara y achicar los ojitos. Sobre todo si realmente no escuchaste un sorete, como cuando estás con música fuerte y te gritan algo de otro lado.
Como si tensar los pliegues de la piel hiciera que el canal auditivo se expandiera, o alguna cosa estrafalaria como esa. O achicar los ojos creara una alineación de los nervios oculares junto con el martillo o el yunque creando un alcance de audición proporcional a la cantidad de músculos que tu cara utiliza apretándose toda al unísono. Claro, clarísimo.
Las explicaciones lógicas aplicadas a la lógica humana común.
Qué barbaridá.
1 comentario:
Mmm yo creo que es porque nos quedó de cuando evolucionamos, moviendo de esa manera los músculos si tuviésemos orejas tipo perro se elevarían y oiríamos mas...
que se yo, seguro es cualquiera, pero suena bien XD!
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