10 de junio de 2009

I can't hear you

Es un hecho. Si alguien viene a decirte algo y no escuchás, mientras le preguntás el "¿Quééééé?" vas a arrugar la cara y achicar los ojitos. Sobre todo si realmente no escuchaste un sorete, como cuando estás con música fuerte y te gritan algo de otro lado.

Como si tensar los pliegues de la piel hiciera que el canal auditivo se expandiera, o alguna cosa estrafalaria como esa. O achicar los ojos creara una alineación de los nervios oculares junto con el martillo o el yunque creando un alcance de audición proporcional a la cantidad de músculos que tu cara utiliza apretándose toda al unísono. Claro, clarísimo.

Las explicaciones lógicas aplicadas a la lógica humana común.
Qué barbaridá.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mmm yo creo que es porque nos quedó de cuando evolucionamos, moviendo de esa manera los músculos si tuviésemos orejas tipo perro se elevarían y oiríamos mas...

que se yo, seguro es cualquiera, pero suena bien XD!