No puede haber una buena cena familiar con excelente final (En este caso, con mi familia suegril y cuñadil) si terminando el postre no se comienza a hablar de caca.
Formas, tamaños, tiempo que tardan en irse del inodoro y/o volver, acécdotas. Y hasta uno que, inspirado por la charla o por la ingesta de alimentos, tiene que retirarse a evacuar casi corriendo.
Finalizando la velada con risas y hasta imitaciones de sonidos poporiles.
¿Quién dijo que las cenas familiares no pueden ser geniales? XD.
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