Situaciones críticas.
Calor extremo.
Pastizales con espinas extrañas.
Fuertes. Barricadas. Montículos de gomas.
Dolor que pica.
Moretones.
Flequillo que al sacarse la máscara queda de una forma deforme.
Eso, damas y caballeros, significó entre otras cosas el Paintball del pasado fin de semana.
Dos equipos.
8 personas cada una.
Sed de matanza, de conquista, de "te voy a hacer pelota a vo'".
Yapas locas del sábado:
- Nadie daba dos pesos por mi en el juego, y sin embargo cuando yo dije que tenía puntería no mentía. Mi hermano no me quiso invitar hasta último momento. Resultado: Primer persona a la que le rompi la cabeza con un pinturazo.
-El "Tomá putoooo" que le grité a ese señor que pensé que era mi hermano, pero no era mi hermano y lo bajé. Igual te cabe, inmundo ser desconocido.
-El capitán de mi equipo, as known as "Chinchu: el cuñado de tu vida"; una maravilla de soldado de las pinturas y los campos de zona oeste.
-Segunda baja más sobresaliente de la tarde: Dispararle al amigo de tu hermano, ese que fue con él al liceo naval, ese que te cargaba cuando empezaste a escuchar metal, ESE que te vió volver del recital de los backstreet boys. La venganza es un plato que se sirve frío, señores.
-La felicitación por parte de un agradable ser "Te admiro por animarte a venir" XD ni tanto, que estuvo aspectacular!
Juego de 2 hs y media: 50 pesho.
Recarga de munición: 15 pesho cada una.
Gaseosa y papita post-partida, necesaria para calmar los múscalos: 10 pesho.
Cagarse a tiros con amigos, mobio, hermano, y entes desconocidos pero que la ligaron igual: No tiene precio.
De esos me quedaron como 5. Y son heridas de guerra que llevo con orrrrrrgullo.
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