21 de julio de 2008

Guerra

Matufia.
Situaciones críticas.
Calor extremo.
Pastizales con espinas extrañas.
Fuertes. Barricadas. Montículos de gomas.
Dolor que pica.
Moretones.
Flequillo que al sacarse la máscara queda de una forma deforme.
Eso, damas y caballeros, significó entre otras cosas el Paintball del pasado fin de semana.

Dos equipos.
8 personas cada una.
Sed de matanza, de conquista, de "te voy a hacer pelota a vo'".

Yapas locas del sábado:
- Nadie daba dos pesos por mi en el juego, y sin embargo cuando yo dije que tenía puntería no mentía. Mi hermano no me quiso invitar hasta último momento. Resultado: Primer persona a la que le rompi la cabeza con un pinturazo.
-El "Tomá putoooo" que le grité a ese señor que pensé que era mi hermano, pero no era mi hermano y lo bajé. Igual te cabe, inmundo ser desconocido.
-El capitán de mi equipo, as known as "Chinchu: el cuñado de tu vida"; una maravilla de soldado de las pinturas y los campos de zona oeste.
-Segunda baja más sobresaliente de la tarde: Dispararle al amigo de tu hermano, ese que fue con él al liceo naval, ese que te cargaba cuando empezaste a escuchar metal, ESE que te vió volver del recital de los backstreet boys. La venganza es un plato que se sirve frío, señores.
-La felicitación por parte de un agradable ser "Te admiro por animarte a venir" XD ni tanto, que estuvo aspectacular!

Juego de 2 hs y media: 50 pesho.
Recarga de munición: 15 pesho cada una.
Gaseosa y papita post-partida, necesaria para calmar los múscalos: 10 pesho.
Cagarse a tiros con amigos, mobio, hermano, y entes desconocidos pero que la ligaron igual: No tiene precio.




Mi pobre brazo derecho.
De esos me quedaron como 5. Y son heridas de guerra que llevo con orrrrrrgullo.

No hay comentarios: