Con mi mejor cara de tuje (Hace como un mes que no voy a tomar algo, zátrapas), respondo al llamado de la naturaleza animal, preparo la mochila con los artilugios necesarios para el cuidado de las bestias (Y el mío propio, ya que debía pasar la noche en la choza de mi buen) y me dirijo hacia dicho lugar; previo avisarle a buenos amigos que vayan porfiporfiporfi a la noche, total siempre hay un buen dvd y una buena botella de cerveza (O 6, en este caso).
Llego a su hogar.
Ya siento los sonidos malignos de las bestias en miniatura. Y el olor nauseabundo en el aire..."cacona".
Lo primero que hago cuando quiero ir a llenar de mimos esos dos pequeños soretitos...es, justamente, hundir mi pie descalzo en tremendo sorete. Y bueno, cosas de la vida. Futura veterinaria ha de pisar mierda de perro en algún momento de su carrera, y mientras se lo limpia exclamar "Sï, este es el camino que elegí" con una sonrisa entre los labios.
Se portaron bien hasta que nos fuimos a dormir. Cada dos horas, a puro grito, pidiendo que vaya a hacerlos dormir (Juro que eso es lo que querían), y que les limpie algún eventual presente dejado en papel de diario viejo.
Mordidas por todas las manos.
Olor a perrito bebé recién desparasitado.
Ruidito en sus pancitas.
Les presento el fruto de mi primera noche como niñera de cachorritos. Espero no sea la última, a pesar de no haber dormido un tereso, lo disfruté como nunca:
Todavía no tienen nombre, pero espero que ambos puedan quedarse en casa de mi hermano.
Y a vos, mal parido que te atreviste a dejar a estos dos pequeñines, con una hermanita más en una caja, tirados como si fueran una bolsa de papas sin destino: Andate a la re puta madre que te parió, sin anestecia. Ya vas a tener tu castigo, en algún momento de tu vida.
Gracias Lied y Lady por babysittear conmigo, y por las fotitos ^^.
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