Llegué a la fiesta y esperé a que me dijeran en que mesa me tocaba. Mesa 8...con un par de personas que no tenía ni puta idea quiénes eran, más mi hermana y su marido. Y ahi derechito nomás te vi. Pero grisáceo-blanco...alto. Igual. Sos igual a papá...pero no me viste.
Me senté y fui descubriendo uno por uno a tus hijos...hasta que me choqué con ella. Chiquitita, corriendo por todo el escenario. Lleva reflejada mi cara en la suya...
Y después la vi a esa. La forra, la razón por la que te fuiste de casa hace 22 años y decidiste borrar todo lo demás, como si nada de eso existiera más. Y asi actuás.
Y la pelotuda que hace? Se pone triste.
Me pongo triste de verte y que hagas como si yo no fuera nada, pero sabés que soy de tu misma sangre, no, pelotudo?
Me pone mal ver a mis sobrinos pasandome por al lado, mirándome con la curiosidad de saber quién soy pero de no poder acercarse. Y la nena...me clavó la mirada 10 minutos y fueron los 10 minutos más largos de la noche.
Y encima, vengo, y lo escribo acá! No te merecés nada, sos un pedazo de escoria, igual que tu mujer. Sos un forro, un mal hijo, y por el bien de los 3 pendejos espero no seas asi como padre.
Me cago en vos. En vos y en ella. Y en ese cumpleaños dónde por segunda vez en mi vida te vi. Y sé que vos no me debés ni haber visto como yo a vos.
Y lo peor...es que me importa.
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