19 de febrero de 2008

Murphy

Te levantás temprano. Te armás con un blem y un limpiador de piso con olorito a frutitas, y pasas las horas muertas dandole forma de algo ordenado a tu habitación.
Todos los muebles sin una pizca de polvo, todo el piso y las cosas que rozan el piso finalmente sin pelos de tu perra. Olorcito a limpio, reluciente, una cosa re pituca.
Felicidad. Cansancio. Después de meses (Sí, meses) limpiaste tu habitación que quedó hecha una pinturita.
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Al otro día, el diablo encarnado. Vil creatura de satanás.
El tío, que se dedica a arreglar cosas y construir y demás.
"Hola neEEEeeEeeena, hoy vamos a arreglarte las puertas del placard" (Sí, de TU pieza limpia).
Bueno, pensaba yo inocentemente. "Sacar las puertas del placard no hace daño a nadie".
A la media hora:
"NeeeEeEEEeena no salen las puertas, tengo que cortar. No te molesta el aserrín, ¿no?"

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ $"%·&%&!%$·"%·%&$·/·&/ !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

PD: Murphy andate a la mierda y hacete un enema de leyes.

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