24 de octubre de 2010

Imaginación

Hay muchos productos en el mercado cuyos nombres no dejan lugar a la imaginación. Uno de los ejemplos que siempre se me vienen a la mente con este tema, es el de los compuestos adelgazantes "Desgras" (maravilloso nombre). Y sé que había unas pastillas para ayudar a que uno se broncee más cuando toma sol que se llamaban algo como "bron c arte", pero no recuerdo el nombre exacto. Sé que era también una obra maestra del marketing de productos.

Pero esto que sacaron hace poco sobrepasa todo límite imaginativo existente.


Gel lubricante intimo "FALIC®". Se re gastaron, ¿eh?

19 de octubre de 2010

Mister goma

Tengo un profesor en particular, que da la clase más aburrida del universo. Mejor dicho, las clases más aburridas. Cualquier cosa que de es aburrida. De acuerdo, el tipo es un embole.
Lo tuve el año pasado en, probablemente, una de mis asignaturas preferidas de estudio (materiales de construcción), y el tipo es taaaan aburrido que la terminé odiando. Este año, lo tengo desde esta semana hasta fin de año, solamente 1 hora los lunes
¿Solamente? No... no podría decirlo así. La hora se me hizo interminable, el reloj parecía que se me reía en la cara cada vez que lo miraba y notaba que había avanzado sólo un minuto desde la última vez que lo había mirado. El pizarrón parecía un borrador de garabatos inentendibles, creo que ni él debe entenderse a sí mismo cuando explica, va, viene, vuelve, pasa a otro tema, vuelve al primero. Un embole marca cañón.
Por supuesto cuando tenemos la suerte de tener esta clase de materias, la mayoría de nosotros entramos en lo que yo, tiernamente, llamaré "el esquema de los 6 pasos anti-tiempo".
Pasemos a la gráfica y luego a la teoría (!!) (click para agrandar la foto)

1. El comienzo no se hace esperar. Uno hace el esfuerzo de no aburrirse o empezar a bostezar, pero es tan poco probable como intentar ver televisión abierta sin encontrarse a Fort en algún canal.
2. La impaciencia nos lleva a hacer cosas como garabatear una hoja, hacer ruidito, disimuladamente ponerse a borrar los mensajes viejos del celular, mirar el techo, mirarse las uñas y notar cuan descuidadas están, o a tener pensamientos como "qué fiaca que tengo de llegar a casa y tener que cocinar" o "tengo que empezar a bajar la nueva temporada de The Big Band Theory", etc.
3. La posición ya empieza a sumar puntos en nuestra impaciencia, y nos empezamos a apoyar con los codos en la mesa de tal forma que cada vez estiramos más y más los brazos, hasta que llegamos a un punto que parece que estuviéramos aplastados sobre el banco.
4. Punto crítico: la desesperación de ver que el reloj de mierda no avanza nada, y el tipo no deja de tirar incoherencias al aire, y de hacer anotaciones ilegibles.
5. Enojo: te pudrís de la situación y sentís que se te derriten el cerebro, los ojos, y las ganas de vivir.
6. No te queda otra: anotás la hora de tu muerte. Coincide con el momento el que el reloj hijo de mil marcó solamente 5 minutos más desde que empezó la clase.

Y así, los lunes, de acá a diciembre, mis ganas de vivir en los días hábiles se van a ir por el retrete.

17 de octubre de 2010

Normal

Hay gente que, sin estar casada, ya tiene en mente o ya sabe con certeza que nombre van a tener sus hijos, y qué cantidad de hijos quiere/pretende tener.
Bueno, yo ya sé los nombres de mis futuras mascotas, para cuando me case. Y sé qué mascotas quiero tener.
Está bien, ¿no?

13 de octubre de 2010

HDP!

Hay un hijo de mil que me molesta sobremanera. Gracias a Ala no tengo que lidiar con él muy seguido, pero las pocas veces que me lo encuentro, me explota el cerebro.

Es ese mal parido que sube al bondi con la radio al hombro, a pilas, a todo volumen, para vender cd's de dudosa procedencia.
Ese sorete inmundo, que cuando te ve que estás durmiendo (no que te hacés el dormido, sino que realmente estás durmiendo) se te para al lado y te despierta del susto, de sentir esa música espantosa a todo lo que da en la oreja.
Es ese cabrón que, encima de todo, tarda en bajarse del colectivo, y vos te tenés que masticar su musiquita hasta que se le ocurra descender, o hasta que tus tímpanos se auto destruyan, o hasta que te pongas tu mp3 en las prejas en volumen 67.

Te odio, desgraciado mal oliente. A vos y a la mierda de Arjona o de reggaeton que ponés cuando subís a vender al colectivo.

10 de octubre de 2010

Dudas

Tengo la leve sospecha de que a la juventud le falta una buena cantidad (o la mínima) de perspicacia.

Presencié (en el cine) un final de película de esos donde el protagonista finalmente se muere (no voy a quemar la película, no se alarmen), y no es una de esas tipo psicológicas donde uno tiene que sentarse un rato a armonizarse con su otro yo y analizar que fue lo que sucedió en la película y descubrir el verdadero significado de la vida y la muerte. Nada de eso, el flaco se murió, caput, orvuá, bon appetit, finito, morten. Más claro imposible.

Mientras me alegraba por presenciar un interesante filme nuevo, con buen cierre, escucho el siguiente comentario:
"No entendí el final" (joven femenina de aproximadamente 15 años).

Espectacular.

7 de octubre de 2010

Víboras

Estoy podrida de las mujeres que me miran de arriba a abajo, por la calle, o en cualquier lado.

Si me gusta vestirme de negro es problema mío, y si a vos te parece que estoy ridícula, lo lamento querida.
Me pudre la cabeza esa manía de las minas de mirar mal a las otras. Y peores son esas que se visten con cualquier porquería que la moda les impone, como estas calzas espantosas llenas de colores y flores horribles que venden ahora por todos lados. Esas, encima, se deben creer que están en posición de bardearte.

Yo no miro a nadie, ni mal ni bien, no me interesa como se viste el otro. ¿Qué tiene de malo que se vistan como se les antoja? Puedo criticar, como hice ahora con las calzas, pero de ahí a mirar mal a la persona... vamos, me parece que es hora de comprarse un pasatiempo.

Son unas venenosas. Qué costumbre de mierda que tienen.


3 de octubre de 2010

Original 100%

A través del tiempo, nosotros los consumidores nos hemos topado con un sinfín de ideas que nacen a partir de otras, queriendo ser originales, pero que de original no tienen un pito.
Un ejemplo claro de los más nuevecitos, son los chicles topline kisses (espantósicos) que salieron al toque que los beldent infinit (del cual, dicho sea de paso, me declaro adicta).
Por supuesto no solamente en alimentos y afines encontramos claras muestras de la poca originalidad de algunos, y de severas competencias por controlar el mercado. No, no señor.
La industria fílmica de Hollywood también peca de poca originalidad, y no solo en la actualidad.

Tenemos varios ejemplos a lo largo de los años.
Hoy voy a tomar un caso puntual. El caso de la pequeña ola de filmes acerca de peces asesinos ("ola", ¿entendés?).

Por un lado nos vamos hacia el año 1975, año en el cual se estrena la película TIBURÓN, llevada a la pantalla grande de la mano del Señor Steven Spielberg. Basada en una novela de la época (que justamente estoy terminando de leer), esta película nos lleva a las playas de Amity, costa de Estados Unidos (obvio, TODO ataca Estados Unidos, no sólo los extraterrestres), típico pueblo de veraneo, donde enderepente un tiburón gigante blanco decide pasar por ahí y alimentarse de pobres giles que se encuentren nadando por donde él anda merodeando.
Obviamente lucraron con una segunda película, cuyo poster es casi igual, sólo que la minita a la que persigue se ve de frente (?) y no nadando de perfil. Una locura total.


Por otro lado, a los dos años de salir "Tiburón", en el año 1977 (un año antes de que saliera "Tiburón II"), salió una originalidad impresionante del mundo marino que se llamó "ORCA - la ballena asesina".
¡¡QUÉ BRILLANTE!!
En esta ocasión el pequeño pecesito se enoja para la mierda cuando un pescador le mata a la señora y al futuro hijo, y sale a romper todo. Digamos que al menos la historia no es igual que el guacho anterior, que pasa por la playa y se morfa todo lo que encuentra: esta al menos es una historia de venganza.
Gracias a dios no tuvo secuela.


¿Esto se termina acá? ¿Fueron estas las únicas películas de la época que se basaron en melodramas marinos? No señor. Para nada. Hubo otras películas, que por falta de presupuesto, o falta de paciencia para seguir promoviendo filmes del estilo, quedaron en un rincón del olvido y no pudieron disfrutar siquiera un segundo de gloria.

Allá por 1978, se filmó esta maravillosa obra de la mente original de un talentoso director cuyo apellido nadie recordará nunca, "EL DELFÍN MANIÁTICO".
¿Acaso creían que los delfines eran todos criaturas hermosas que hacen ruiditos simpáticos? Error.
A este delfín se le cruzan los cables, y luego de hacerse unos implantes de colmillos para poder morder como se debe, sale a patrullar las playas de Estados Unidos (¡Qué original!) y se dedica a matar gente, revolearle plancton a las viejecitas, comerse las mascotas de las personas que llevan a sus perros a las playas, y hacer caca cerca de la orilla para molestar a los veraneantes.
Un guacho de aquellos. Pero no pudo competir contra el Tiburón y la Orca, y quedó en el recuerdo de unos pocos.

La cosa no termina ahí. En el año 1979, la empresa "Nonoscopiamos S.R.L." intenta lanzar en el mercado fílmico-marino "EL PEZ ESPADA BRABUCÓN".
Toda familia tiene una oveja negra, y en este caso, este desgraciado adolescente, rebelde, metalero, con el tatuaje de un ancla en uno de sus costados; sale a robar carteras y monederos a las personas que se paseen cerca de las playas (¡De Estados Unidos! ¿No es increíble?). También escupe a los turistas, y les clava la punta de su nariz a los niños distraídos en el medio del trasero.
Otra pérdida de tiempo y de dinero para algunas empresas fílmicas, que nunca llegó a nada. Solo a ser un mero recuerdo de algo que pudo ser, pero jamás lo fue.

Un minuto de silencio para aquellos filmes originales que nos perdimos, por la negligencia de unos muchos.

Y, seriamente, un minuto de silencio para la originalidad de las grandes mentes que, lamentablemente, controlan nuestro mercado, y se roban uno a otros sin descaro. Que en paz descansen.